viernes, 1 de mayo de 2009

De 7 consejos para que triunfe el escritor





El weblog colectivo dedicado a la literatura “Papel Blanco” hace tiempo publicó los 7 consejos para triunfar como escritor.

Después de leerlos, pienso en muchos poetas que conozco nacidos en la generación de los setenta y ochenta y concluyo que varios son seguidores de estos preceptos, ¡no sólo seguidores sino su forma de vida! Los años dirán si la formula funcionó.

1) Toma partido. Por tus enemigos te conocerán. Haz saber desde el primer momento que tu exordio en la literatura viene a corregir sus insoportables defectos. Si no tienes una idea clara que revindicar siempre puedes alistarte en una de las facciones de la eterna y largamente estéril guerra civil de las letras: o vienes a salvar la literatura de la mediocridad masificada y comercial o a rescatar las grandes historias del esobismo de las élites para devolvérselas al pueblo.

2) Cuida tu imagen. Tienes tres arquetipos en los que inspirarte:
· El guerrero. Tu escritura es tu vida, y ambas son intensas. Has ido a la guerra, has estado en la cárcel, has recibido palizas, has tenido mil amantes. Si eres hombre hazte fotografiar con gafas oscuras mientras masticas un puro, o con barba de tres días y una mirada fija de perdonavidas, los puños apretados por si hay que partir alguna cara. Para las chicas, look hipersexual agresivo. Cuenta todas las historias de cama pasadas de rosca que se te ocurran y cuando te pregunten contraataca: ¿Qué pasa, que sois todos unos pervertidos?

· El decadente: En blanco y negro, mirada inteligente y seductora, poniéndole morritos atrevidos y salaces al lector. Que te fotografíen en poses imposibles, con el pulgar apoyado en el hoyuelo entre labio y barbilla, por ejemplo: que se note que te gusta tocarte. Viste como un dandy, pórtate como un crápula y sufre arrebatos de desprecio hacia lo que te rodea. Deja claro que tu adicción al sexo, el dinero y la fama es una magra compensación por tu genio incompatible con este mundo.

· El saturnino: Gafas enormes en las que palpitan unos ojillos huidizos; mata de pelo hirsuto y desaliñado; viste siempre de negro y comunícate con murmullos poco inteligibles. Ten mil manías, obsesiones y neurosis. Evita las apariciones públicas como a la peste: cuando te veas obligado a ello muéstrate excéntrico, esquivo y hostil. Esta actitud te relegará inmediatamente al circuito underground pero puede explotarse hábilmente como objeto de culto. De las tres opciones es la idónea para comodones.

3) Crispa. Ten en cuenta que vas a tener ocasiones contadas de salir en los titulares. Aprovéchalas soltando una bomba. Recuerda que de un escritor se espera que opine sobre todo (asumiendo que, aunque no tenga idea de lo que habla, al menos lo dirá bien) así que no te limites a tu campo. Di cosas como "El 90% de la poesía que se hace en España es muy mala" o "Soy el único verdadero escritor de España" o "La educación en España es la peor del mundo" o "La Teoría de la Evolución es mentira". Quédate tan pancho: el escritor, al contrario que cualquier otro profesional, nunca tiene que responder por sus palabras.

4) Polemiza. Consecuencia natural de los puntos 1) y 3) es que te hayas ganado algunos amigos, pero sobre todo y mucho más importante enemigos. A esos cuídalos como en oro en paño. Sigue la máxima que le da su padre a D'Artagnan: Bátete mucho, hijo, bátete siempre y con cuántos más puedas. Entra al trapo, reparte estopa, haz mucho ruido. Ten siempre algún frente abierto adicional para cuando la batalla pierda interés o, por los giros que dan la vida y las editoriales, acabes de compadreo con tus rivales.

5) Hazte premiar. La mayoría de los noveles creen que este es el primer paso, pero en realidad es consecuencia de todo lo anterior. Pensad que los premios necesitan a los escritores más que los escritores a ellos. Imaginad qué se le pasa por la cabeza al patrocinador de un premio célebre, de los que sacan en los telediarios: Pues sí, lo que ha hecho este Pérez está realmente bien, pero, ¿de qué se conoce a este chico? En cambio tengo aquí a Daniel Parduzco, ya sabéis, el que montó aquél revuelo con el manifiesto en pro de la erradicación de la elle. ¡Menuda publicidad nos iba a dar!

6) Recuérdales que sigues ahí. Llegados a este punto un escritor ya puede dejar de hacer novelas y concentrarse en otras formas de presencia. Hazte columnista, tertuliano, crítico, activista político, censor moral. Recuerda que al escritor el bagaje intelectual se le presupone, y que el hecho de escribir te dota de una sensibilidad por la que percibes la exacta naturaleza de las cosas sin necesidad de currículum teórico. Por lo tanto opina, ataca y tercia sin rubor sobre la crisis económica, la política exterior, los programas educativos o la psicología femenina. Si alguién te afea desconocimiento en la materia, recuerda que lo que tu haces es literatura y que eso, como dijimos en el punto 3), no admite réplica.

7) Cuida tu legado. Podrás creer que ya lo tienes todo, pero ello no implica que debas bajar la guardia. Utiliza tu posición para premiar a tus amigos y vengarte sin piedad de tus enemigos (que puede que ahora sean distintos de los que tuviste al empezar. Cuidado con las confusiones). Aplasta con el peso de tu estante de trofeos las voces discordantes. Consigue que hasta quien nunca te ha leído te defienda: Lo que pasa es que tienes ENVIDIA de que todo el mundo le quiera. Haz que te incluyan en el plan de estudios de bachillerato. Cuélate en la colección de clásicos de Gredos. Muere feliz y poderoso casado con alguien treinta años más joven que tú que le racanée tus derechos de autor a tu familia natural.

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