martes, 23 de noviembre de 2010

Colección Mester de Junglaría


Presentación de la Colección
 Mester de Junglaría

Coedición del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes,
la Editorial Eternos Malabares 
y el H. Ayuntamiento de Cuernavaca


Estancias
 de Itzela Sosa (poesía)

Las palabras en la obra plástica de Cisco Jiménez
de Elizabeth Delgado (ensayo)

León alado, 
de Afith Hernández (poesía)

Sombra,  
de Alejandro Campos (poesía)

Para un árbol amarillo, 
de Alma Karla Sandoval (poesía)

Carne de cañón
de Juan Díaz (novela)

Memoria, espíritu y astucia en la obra literaria de Ricardo Garibay
de Ricardo Venegas (ensayo)

Participan los autores.
Modera: Armando Alonso

Jueves 25 de noviembre de 2010,  6:00 p.m. 
Museo de la ciudad,
Av. Morelos núm. 278, 
Centro Histórico, Cuernavaca.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Poema incluido en Tributo a Sabines




Tu vienes toda entera a mi encuentro,
Y los dos desaparecemos un instante,
Nos metemos en la boca de dios
Hasta que yo te digo que tengo hambre o sueño.

Jaime Sabines


Y así como Adán y Eva en su primer día
nos miramos
y nuestra mirada es nocturna huída
cae en hojas
y sus hojas son granos de lluvia
guijarros de lluvia
semillas de ternura
y temblamos
y nos recorren rojísimas hormigas
y nos besamos
como ciclopes de amor enfebrecido
y al amarnos nos salvamos de la muerte
o navegamos en ríos venturosos

Y si cantas en venticas me despeño
que escrudiñan árboles de piedra
o del mar el silencio
cuando suena al rayo quebrantando el sauce

Tu mirada
huele a zozobra contenida
de las manos de mis ojos
por recorrerte

De nuevo dime que la eternidad
se puede contener en nuestros besos
que en gramo de arena devastar la vía láctea puede
que la tempestad es frágil como la nostalgia de la flor
que podemos amanecer en la transparencia del aire
llegar al vertedero del sol…

Presentación de Estado Crónico. Antología de narradores morelenses nacidos en los ochente



Román y Julia
Alejandro Campos Oliver
Román y Julia viven en la calle Zapotecas en la colonia Ajusco de la Delegación Coyoacán. Motociclista el primero, profesional en la entrega de pizzas, andar en moto, sentir el galopeo del aire en la comisura de sus labios es de las cosas más placenteras para él.
Ella, vendedora de perfumes en Liverpool, alberga en su memoria la tonalidad de las más exóticas fragancias. Con sólo inhalar ocho segundos un perfume, puede descifrar su familia y las notas que predominan en su composición.
Julia detesta las pizzas y la incomodidad de las motos; Román aborrece hasta el más sutil perfume, incluso de la crema humectante o el champú,  los olores penetrantes le producen vértigo y por alguna extraña razón los mostradores con vidrios largos le dan espanto y lo hacen sudar como panadero enloquecido.
En una rutina casi religiosa, cada día, Román lleva a Julia en pesero a su trabajo. Antes de las ocho de la mañana ambos ya tienen un pie en la micro que deja a Julia en la entrada de Perisur.
Aquella mañana excepcionalmente nublada, un temblor sacudió la tierra. El operador frenó de súbito. El atole del policía se derramó en todo su uniforme.  La señora que cargaba con todo su changarro de tacos de canasta comenzó a rezar. El padre que llevaba a sus dos hijos a la escuela,  de pronto, dejó de regañarlos y sólo puso ojos de plato. En la esquina un poste colapsó.  Y antes de que la gente bajara, el joven de los inciensos, carraspeó, escupió un gargajo y espetó:
― ¡Ahora sí hijos de la chingada como no me quisieron comprar ningún incienso bola de culeros ojetes me los voy a chingar antes de que se los cargue este terremoto! ¡No se hagan pendejos y pasen a darme todo lo que traen!